Se habla mucho de cómo tener orgasmos, de cómo alcanzar ese aclamado clímax, incluso del cómo mantenerlos por más del tiempo habitual… Ojo con lo que deseas 👀 Hace poco ví un episodio de Emergencias Sexuales en Discovery H&H donde enseñaban el caso de una mujer que vivió un momento bochornoso que terminó en sala de emergencias, resulta que tuvo un orgasmo de 3 HORAS! Si, así tal cual, se trata de El Síndrome de Excitación Sexual Persistente. Da click aquí para ver el caso.
No podía creer que esto fuera real, terminé de lo más impactada que no me quedé con las dudas e investigué. OH MI DIOS, eso es tan real que no me pude resistir para contarles acerca de este síndrome.
Resulta que la excitación sexual persistente o PGAD como sus siglas en inglés lo indican, es una disfunción sexual que se consideró de manera oficial en el año 2003. Se trata de un trastorno caracterizado por la presencia de tensión en los genitales acompañada de excitación continua sin que exista previamente un deseo sexual. Básicamente una reacción involuntaria de excitación genital que se puede dar en cualquier momento, y no se percibe o se interpreta como normalmente se traduce un orgasmo, ya sabes la sensación erótica del momento, NO! causa todo lo contrario, como ansiedad, malestar físico y psicológico. Este problema sexual más frecuente en las mujeres, pero no se descarta la posibilidad de que los hombres también lo puedan padecer.
Las personas con excitación sexual persistente, tienden a sufrir orgasmos prolongados, donde sienten una total incoherencia y falta de control de su propio cuerpo, por ende, no perciben la relación de los estímulos del ambiente con la respuesta genital que le da su cuerpo.
A veces, “el desencadenante es un movimiento brusco en el autobús, de presión al montar en bici o al realizar determinados estiramientos”, señala Francisca Molero, presidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología (FESS). Por eso, destaca la importancia de que cada paciente diagnosticado con el síndrome de excitación sexual persistente identifique cuál es ese desencadenante “gatillo”.
¿Cuáles son los síntomas de la excitación sexual persistente?
Según la sexóloga y psicóloga Carolina Muñoz del Instituto Sexología, Medicina y Psicología Espill, dice que puede suceder que “cualquier movimiento de la pelvis desencadene un orgasmo. Otras veces, el orgasmo puede ir precedido de determinados sonidos o estímulos no eróticos, como el masticar, el ruido que se hace al absorber, el silbido…”. Por lo tanto, la excitación sexual persistente no se relaciona con la percepción de lo que es erótico o estimulante, causa el efecto contrario, pues vivir este tipo de experiencias son de forma muy incómoda y desagradable.
Además como la persona que padece el síndrome de excitación sexual persistente lo considera como algo intruso o no deseado, aparece una reacción psicológica de rechazo. Cosa que no es nada chévere de vivir, tanto así que puede aparecer en los momentos más inoportunos sin poder hacer nada para evitarlo. Simplemente la respuesta orgásmica se dispara una y otra vez sin discriminar los estímulos, cosa que es muy parecida a las sucesión de estornudos de las alergias, que aunque son desagradables e inoportunos, si que se pueden tratar y llevarlos bastante bien en la vida cotidiana.
Las causas no se saben aún…
Los factores que causan el síndrome de excitación sexual persistente se conocen aún, pero las investigaciones arrojan que se puede tratar de problemas neurológicos centrales como por ejemplo: una post-lesión cerebral, focos epilépticos, factores neurológicos periféricos la afectación de nervios pélvicos: como la hipersensibilidad o compresión, factores vasculares como la congestión pélvica, factores hormonales, presión mecánica contra las estructuras genitales, cambios inducidos por fármacos, factores psíquicos como el estrés, o una causa idiopática en la mayoría de los casos.
Pero se dice que los quistes de Tarlov tengan algo que ver con el síndrome de excitación sexual persistente. Un estudio de Barry R. Komisaruk PhD y Lee Huey-Jen sugiere que los quistes de Tarlov pueden estar vinculados a este trastorno. Los quistes de Tarlov son quistes perineurales, que causan lesiones en las raíces nerviosas localizadas a nivel región sacra y de etiología incierta, además estos quistes en su mayoría no presentan síntomas.
Otra clase de factores que pueden desencadenar o mantener el síndrome de excitación sexual persistente son:
- Cesárea.
- Embarazo.
- Infecciones de repetición.
- Accidente o lesión en la pelvis.
- Desencadenante relacionado con fármacos: antidepresivos, anticonvulsivos, hormonales, ISRS.
- Ansiedad.
- Irritación del nervio pudendo.
En el caso de los factores que mantienen este síndrome, en su mayoría son psicológicos:
- Eventos psicológicos.
- La vigilancia excesiva de las sensaciones, la sensación de falta de control, la vergüenza y la culpa.
- La ansiedad tiene efectos psicológicos y fisiológicos, incluido el aumento de la actividad del sistema nervioso simpático y la focalización del cognitivo, centrándose cada vez más en las señales de peligro y en mantener e incluso intensificar la respuesta genital no deseada.
Ojo! No tiene nada que ver con la ninfomanía
Tal cual, la excitación sexual persistente no tiene absolutamente nada que ver, ni siquiera indirectamente con la adicción al sexo o la ninfomanía, pues este trastorno como dice Francisca Molero “produce malestar y angustia, no placer ni satisfacción, y no se busca, sino que se rechaza” , por lo tanto esto compromete gravemente a una persona, cosa que puede mostrar signos estando en público o en un escenario poco adecuado, así que es de esperar que existan consecuencias psicológicas para las personas que lo padezcan, “Es más lo que siente la mujer y cómo reacciona que lo que perciben los demás… es la mujer la que se aísla y la que piensa que los demás se dan cuenta” Afirma la presidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología.
Y bueno, como es una disfunción sexual, las consecuencias alteran las fases de la respuesta sexual, incluido el deseo!, así que es muy probablemente que una persona que tenga excitación sexual persistente padezca de perdida de apetito sexual.
¿Existe una cura para la excitación sexual persistente?
Lamentablemente, hasta el día de hoy no existe una cura definitiva para la excitación sexual persistente, por sus siglas en inglés), una condición que continúa siendo objeto de estudio debido a su rareza, complejidad y al desconocimiento general que existe sobre sus verdaderas causas. Su baja prevalencia ha dificultado el desarrollo de investigaciones clínicas amplias, lo que impide aún comprender con claridad su origen fisiológico, psicológico o neurológico. Por lo tanto, los tratamientos actuales están centrados en el manejo de los síntomas y en mejorar la calidad de vida de quienes lo padecen.
¿Qué se recomienda actualmente para el diagnóstico de excitación sexual persistente?
Dado que no existe un protocolo único y estandarizado, los enfoques terapéuticos tienden a ser multidisciplinarios, combinando intervenciones médicas, psicológicas y físicas. A continuación, se describen algunas de las opciones más comúnmente sugeridas por profesionales de la salud:
🧠 Terapia sexual y psicoterapia cognitivo-conductual (TCC)
El abordaje psicológico es una de las principales herramientas terapéuticas para la excitación sexual persistente. A través de la terapia sexual y la TCC se busca:
Explorar el significado emocional y mental del deseo sexual persistente.
Identificar y modificar pensamientos disfuncionales que agraven los síntomas.
Aprender estrategias de autorregulación emocional frente a la frustración, culpa o vergüenza.
Promover una comprensión más amable y realista de la sexualidad y del cuerpo.
Este tipo de acompañamiento también ayuda a tratar posibles comorbilidades emocionales, como ansiedad, depresión o aislamiento social, que muchas personas afectadas pueden desarrollar debido al impacto negativo del PGAD en su día a día.
💊 Tratamiento farmacológico
En algunos casos, se puede recurrir a medicamentos como:
Ácido valproico, un estabilizador del ánimo que se ha utilizado con cierto éxito en casos documentados.
Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y norepinefrina (ISRN) como la venlafaxina o duloxetina, que han mostrado aliviar parcialmente los síntomas en algunas personas, dado su efecto en la regulación de la excitación y el ánimo.
El uso de anestésicos locales también se ha reportado como útil en ciertos momentos, especialmente cuando hay una hipersensibilidad genital que resulta incómoda o dolorosa.
🤲 Fisioterapia y trabajo del suelo pélvico
La fisioterapia especializada en suelo pélvico es una herramienta valiosa cuando los síntomas del PGAD se relacionan con tensión muscular crónica, espasmos o hipertonía en la zona genital. Con ejercicios específicos y técnicas de liberación, se puede:
Mejorar la conciencia corporal.
Relajar la musculatura involuntaria.
Reducir la sensación de presión o congestión genital.
Este tratamiento suele combinarse con técnicas de respiración, relajación y conciencia corporal, fundamentales para restablecer el equilibrio físico y emocional.
¿Qué opinas tu sobre el síndrome de excitación sexual persistente? ¿Sabías que existía este síndrome? Déjame saber en los comentarios. No te olvides de calificar este artículo, así me ayudas a mejorar la calidad de los artículos, y si te gustó compártelo para generar conciencia del tema. Gracias por leer! 💗
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