🎼 La música y el sexo estimulan las mismas regiones del cerebro, ¿Cómo es esto posible? Aquí te lo contamos.

Una investigación descubrió que las mismas partes del cerebro que controlan los impulsos sexuales son estimuladas por la música, y que estas mismas partes del cerebro también desempeñan un papel clave en la creación de música cuando se activan durante un orgasmo. ¿Acaso la música es un afrodisíaco? 🤔

A lo largo de la historia se han atribuido numerosos fines a la música. Se decía que tenía efectos medicinales, que calmaba a los niños para que se durmieran, que estimulaba al feto y que calmaba a los animales salvajes. Desde la antigüedad podemos darnos cuenta que nuestros ancestros sabían el poder de la música que la usaban como parte esencial de sus vidas, en rituales de sanación, les cantaban a la naturaleza y a sus elementos, cuando había un parto, o una celebración. Sin duda la música ha hecho parte de nosotros desde el principio de los tiempos.

Sin embargo ¿Cuál es la relación de la música y el sexo?

En lo personal, soy de las que colocan música para todo, incluso en el sexo, es tan espectacular las sensaciones que esta nos produce, logrando llevarnos a experimentar todo tipo de emociones. Puedo sentirme inspirada, sexy, triste o enojada con solo escuchar una canción, y como sabemos que la música es una herramienta para la expresión, hay piezas para todo. Y es que los beneficios al escuchar cierto tipo de géneros afectan positivamente el cuerpo, liberando la tensión, relajando los músculos y ayudando a la imaginación de la mente. Sus respuestas son numerosas.

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🧠 Estudios de la relación entre la música y el sexo

Resulta que en un estudio realizado por la Universidad de McGill de Montreal en Canadá, se dieron a la tarea de explorar la relación entre la música y el sexo, partiendo de la base del placer que produce el sexo, la comida y la música, así que exploraron sobre distintas regiones del cerebro para reconocer sus reacciones y así saber si generaban el mismo nivel de intensidad.

➡️ La investigación concluyó que el placer que se siente con los sonidos musicales activa las mismas zonas cerebrales tal cual ocurre al mantener relaciones sexuales o al degustar de una sabrosa comida, provocando el mismo efecto tanto a nivel físico como mental. Oír canciones activa los mismos receptores opioides del sistema nervioso central que intervienen en el disfrute.

 

Las pruebas se centraron en los efectos de la naltrexona, que, junto con la naloxona, es uno de los medicamentos más eficaces para inducir la anhedonia que es la incapacidad de experimentar placer, y se utiliza para tratar la intoxicación aguda por opiáceos (como la causada por la heroína o la morfina).

En total, 17 personas participaron en el análisis.

Para comprobar la relación entre la música y el sexo, todos ellos debían llegar con sus canciones favoritas. Una mitad del grupo recibió 50 mg de naltrexona, mientras que la otra mitad recibió un placebo como grupo de control. El objetivo era medir el potencial del fármaco para disminuir tanto las experiencias cerebrales buenas como las negativas, concretamente las relacionadas con la música, como ocurre cuando se utilizan opiáceos como terapia.

Para ello, diseñaron un electromiograma que utiliza sensores para rastrear la actividad eléctrica de varios músculos de la cara, que evalúa el sistema nervioso periférico y los músculos implicados. Antes y durante el experimento, también registraron su ritmo cardíaco, su respiración, su presión arterial y su conductancia cutánea. Una hora después, escucharon la lista de canciones preferidas junto con música adicional elegida por los científicos. Una semana después, se repitió el experimento con los grupos cambiados; los que habían tomado el placebo ahora tomaban la medicación, y viceversa.

✅ Resultados

Los detalles finales de la relación entre la música y el sexo fueron publicados en la revista Scientific Reports, demostraron que en ambos experimentos, el consumo de naltrexona redujo la respuesta de los participantes, bloqueando el 80% de los receptores Mu y Delta, presentes en las neuronas a las que se acoplan las endorfinas o exógenos como la morfina o la heroína. Así, buena parte del sistema de recompensa del cerebro se detiene. No se liberan sustancias que provocan bienestar, pero tampoco las que generan dolor o angustia.

💡 Así, se cumplió la predicción fundamental que indicaba que la naltrexona disminuiría las reacciones emocionales a la música, provocando anhedonia musical. De ser cierto, se deduce que escuchar música activa las mismas redes cerebrales que otras actividades placenteras.

 

«Es la primera prueba de que los opioides propios del cerebro están directamente implicados en el placer musical. Hemos demostrado aquí que el sistema opioide es responsable de mediar entre las respuestas positivas (placenteras) y negativas (tristeza) emocionales a la música», comentó Daniel J. Levitin, psicólogo cognitivo, neurocientífico, escritor, músico, productor discográfico y autor del experimento.

¿Qué opinas tu? ¿Crees que la música puede llegar a impulsarnos de la misma forma que una buena comida, recibir un masaje o hacer el amor? Déjamelo saber en los comentarios 👀

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